1 de julio de 2006

Con Amor a Cecilia

Como hojas revolcándose al viento,
fingiendo la luz ganar a la mañana,
escaleras de mar y caracolas,
se presentan mirando a la bahía.

No es por esto que ellas me recuerdan,
musas finas de ropas desgastadas,
corroidas por el paso del tiempo,
de otro tiempo nosotros añoramos.

Cual cabello agitado por la brisa,
brisa tenúe de Agosto medieval,
insolentes miradas pervertidas,
de lascivos muchachos quinceañeros.

Como llama encendida por la furia,
de tu cuerpo trenzado con el mío,
han devuelto a mi vida cotidiana,
el amor que creí había perdido.

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