19 de marzo de 2010

Viviendas Dignas post Terremoto

Por razones de trabajo tuve que viajar días después del terremoto a varias de las zonas afectadas entre la RM y la Octava Región. Debo reconocer que aunque me considero "cuero de chancho", no deje de sentir pena al ver casi todo en el suelo en los lugares más afectados. Fué terrible ver lugares que conocía como Chanco, Pelluhue, Curanipe, Talca y Constitución; pueblos enteros afectados por la salida de las aguas y la pérdida de vidas humanas que se pudieron evitar.
Con el pasar de los días se han podido vislumbrar los errores cometidos por la autoridad, las mesquindad de algunas empresas constructoras que se aprovechan del desconocimiento de quienes compran, la falta de control total de las direcciones de obras municipales al aprobar proyectos que jamás han controlado de una forma efectiva durante su construcción, la falta real de políticas de emergencia ante catastrofes de cualquier naturaleza, la incertidumbre de todos quienes no teniamos comunicación, el aprovechamiento de unos pocos al saquear tiendas y supermercados en busca de bienes suntuosos y no de alimentos de primera necesidad en aquellos momentos en que no había nada.
La muerte de compatriotas por la irresponsabilidad del estado no debe quedar impune. Debemos sacar lecciones claras de esta catastrofe para que, lo que en esta ocasión se hizo mal, no se vuelva a repetir cuando nuevamente la naturaleza nos muestre los dientes.
El dolor de quienes son afectados por la pérdida de seres queridos o bien de sus casas y enseres, no sólo puede ser aliviado entregando alimentos y enseres, que son muy necesarios, sino que también se hace de primera necesidad la entrega de apoyo psicológico y también de orden espiritual.
La entrega de una vivienda de emergencia, que debiese ser lo mas preciado, no debe verse empañada por la calidad de las viviendas que se entreguen. La condición climática de las zonas más afectadas debe ser un precedente válido para la calidad de estas. Viviendas dignas, con aislación por lo menos en el cielo y con piso y que cuenten con ventanas y vidrios, que permitan mantener aislado el interior de la vivienda. Sólo esta mínima condición podría permitir que la condición sanitaria de niños y adultos mayores no se vea afectada durante el largo y crudo invierno sureño que se avecina.
El programa de Gobierno Un techo para Chile, debe trabajar en nuevas alternativas de viviendas de emergencia; llamar a arquitectos, empresas, estudiantes, proyectistas, diseñadores y a todo aquel que quiera participar en la busqueda de un nuevo modelo de vivienda de emergencia, que cuente con las comodidades mínimas para que una familia se pueda desenvolver en forma normal.
Pero que es normal cuando hablamos de vivienda de emergencia:
- Una casa prefabricada en madera, sin piso, sin forro interior, sin cielo, sin ventanas ni vidrios y de 36 m2 ??
Podría usted vivir en esa vivienda, en la zona sur, en la costa y en invierno, estando su familia compuesta por 5 miembros y 3 de ellos niños pequeños ???

Es perentorio trabajar en políticas sociales de viviendas de emergencia, terminar con la "casa prefabricada" que se entrega en las actuales condiciones y enfrentar este tema como un tema país, con la importancia que se merece.
La importancia que cada familia afectada se merece.

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